A pesar ser una solución para aquellos a los que, tras perderlo todo, siguen con el agua al cuello, aún son muy pocas las personas que han solicitado acogerse a Ley de segunda oportunidad que entró en vigor hace un año. Hasta ahora, el Juzgado de lo Mercantil de Lleida tramita sólo 5 casos susceptibles de acogerse a esta posibilidad, según fuentes juzgado.
Gracias al Real Decreto-Ley 1/2015 de 27 febrero, la Justicia puede perdonar al deudor parte de sus deudas para rehacer su vida. Se trata de que, una vez que se hayan liquidado todos los bienes del afectado, éste pague un porcentaje de los créditos ordinarios que le quedan y el resto le quede perdonado. Así, esta ley supone una gran oportunidad para el que ya lo ha perdido todo y que aún así arrastra deudas que prevén acompañarlo toda la vida.
Pero ni todas las deudas son exonerables, ni esta ley es para todos. Hay créditos, considerados privilegiados, que no pueden ser perdonados. Estos son los créditos hipotecarios y los contraídos con las administraciones públicas, como deudas e impagos a la Seguridad Social o a Hacienda.
Por otro lado, para optar a la segunda oportunidad hay que cumplir unos requisitos. Se tiene que haber actuado con buena fe y no se puede haber sido condenado en los últimos diez años por delitos contra el patrimonio, societarios, de falsedad documental, contra la Hacienda Pública o contra los derechos de los trabajadores, entre otros.
El abogado José Luis Gómez Gusí, del despacho Gonzalo Abogados, (uno de los letrados leridanos expertos en la Ley de segunda oportunidad) cree que ésta es una gran desconocida. “Me sorprende lo poco que la gente conoce o recurre a la segunda oportunidad. Desde que apareció la Ley, sea por desconocimiento, por prejuicios, por desconfianza ante fórmulas que parecen milagrosas o por agotamiento, la gente no busca información sobre esta figura como sería de esperar”. “La ley tiene un interés evidente y merece que el deudor rechace a priori los prejuicios y analice su situación confiando su estudio a un abogado profesional que le asesore”, explica Gómez.
El abogado ve un gran potencial en esta ley. “En la segunda oportunidad puede encontrarse el final del embargo de la nómina, que en un futuro pueda tener una cuenta bancaria sin temor a embargos, que pueda acceder a un crédito o a una vivienda. Es un borrón y cuenta nueva”, dice.
Pero para recurrir a esta solución, los deudores deben hacer una mínima inversión, ya que, entre otros, el juez suele requerir el pago del 25% de los créditos ordinarios para perdonar el resto. Según Gómez, “la mayoría recurre a pedir dinero a sus familiares. Pero, muchos llegan tan agotados a esta fase y con los recursos tan gastados que no pueden ni hacer frente a esta cantidad”. Según el abogado, el perfil del beneficiario de la segunda oportunidad es el de gente que, de repente, se queda sin trabajo o de los que avalaron a terceros que no pagaron.
Frente el gran desconocimiento de esta Ley, Gómez Gusi cree que las entidades sociales pueden hacer de altavoz hacia aquellos que podrían necesitarla.
MADRID | ||
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